A tener en cuenta: Si tu bebé sufre reflujo o mucosidad es recomendable que procures que su cuna esté ligeramente levantada. Puedes optar por colocar algo bajo el colchón para auparlo, o levantar las patas que sostengan el cabecero de la cunita con un par de libros finos. El objetivo será que la mitad superior del cuerpo del bebé esté ligeramente más alta que la mitad inferior.
¿Cómo asegurar el descanso de tu bebé?
Esther Martínez García
Pediatra
www.qipoint.net/es
Esther forma parte del equipo de expertos que cada día
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El descanso adecuado de su bebé es uno de los asuntos que más preocupa a los padres, en especial a los primerizos. Saber detectar que está durmiendo en una postura cómoda o que las horas de sueño son las necesarias es una tarea a priori sencilla que puede mejorarse conociendo algunos consejos.
¿Cuál es la postura ideal para el descanso de tu bebé?
Lo mejor es que un niño o niña de pocos meses de vida descanse en su cuna boca arriba o de lado. Según distintos estudios, estas posturas previenen la incidencia de la muerte súbita en el lactante. En cualquier caso, la posición que debemos evitar es la de boca abajo, ya que es la menos recomendada para que los pequeños no corran peligro de “auto sofocación”.
Algunos bebés se acostumbran a quedarse dormidos en brazos tras las comidas. En estos casos, lo mejor es intentar acostarlos entre los 15 y los 25 primeros minutos de esta fase del sueño para que no se despierten al ser acostados y puedan entrar en un sueño profundo en la comodidad de su cunita.
¿Cómo saber qué ambiente, abrigo y temperatura son adecuados?
Un bebé suele necesitar un poco más de ropita que un niño de mayor edad, pero hay que evitar abrigar en exceso a los pequeños porque, a menudo, eso provoca que la temperatura corporal del bebé suba, suden y estén incómodos. Hay que tener la ropa de cuna justa, ni poca ni excesiva.
A tener en cuenta: La temperatura ideal de la habitación en la que vaya a descansar tu bebé debe rondar los 20 o 22 grados máximo. Además, debes procurar que las horas de sueño tengan lugar en un ambiente tranquilo, sin prisas ni nervios y con una luz tenue que conviene no variar cada vez que tu bebé vaya a descansar.
Tan negativo es abrigar a los pequeños de más como de menos. Si te preocupa que se destape, lo mejor es que en lugar de usar mantas uses saquitos donde se sienta cómodo, abrigado y sin riesgo de asfixia. Un buen truco al que puedes recurrir para comprobar si está suficientemente abrigado/a es tocar su nuca y comprobar que la temperatura es similar a la de tu mano.
¿Y cómo elijo su cuna, su colchón o su almohada?
El mobiliario es otro de los factores que ayudará a que tu pequeño descanse adecuadamente. Las reglas generales son sencillas: asegúrate de que sea cuál sea el modelo, su cunita cumpla la normativa europea de seguridad y de que el espacio entre barrotes sea menor que su cabecita.
A tener en cuenta: El colchón debe quedar perfectamente ajustado al armazón de la cuna y debe permitir su colocación en altura a medida que el bebé vaya creciendo. Las chichoneras y otros elementos para protegerle de los golpes contra los barrotes deben estar perfectamente enganchadas y no mermar el flujo de aire en la cunita.
Hasta que un niño no cumple los dos años es mejor que no use almohada. A partir de esa edad se recomienda elegir un modelo que no sea muy alto ni muy blando para respetar la curvatura natural del cuello de tu hijo. Además, las cunas de colecho, que se acoplan perfectamente a la cama de la mamá, facilitan muchísimo la lactancia materna nocturna así como el contacto prolongado con la madre, fortaleciendo el vínculo afectivo.
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