Alimentación infantil: una dieta sana para tu bebé
Partiendo de la lactancia y hasta llegar a una alimentación similar a la de los adultos, tu hijo va pasando por varias etapas, cada una de ellas con diferentes necesidades nutricionales. Descubre todos los alimentos a vuestra disposición para ir configurando su dieta de la forma más saludable y equilibrada posible.
Una leche para cada etapa de crecimiento
A pesar de que la leche materna es el mejor alimento para el bebé, muchas madres deciden o se ven obligadas a optar por las leches para bebé. Elaboradas con leche de vaca modificada, existen diferentes tipos para intentar emular las variaciones que se producen en la leche materna a lo largo de la lactancia. Así se van adecuando a las necesidades nutricionales del bebé en cada etapa, aumentado por ejemplo la cantidad de proteínas y a sus posibilidades digestivas. Todas ellas están sujetas a los criterios establecidos por la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (ESPGHAN), además de cumplir las normativas específicas que establece la legislación española técnico-sanitaria para los preparados para lactantes.
- Leches de inicio: también llamadas fórmulas de inicio o leches infantiles tipo 1, cubren todas las necesidades nutricionales del bebé durante los seis primeros meses de vida. A partir de esa edad debe comenzar con la alimentación complementaria.
- Leches de continuación: desde los cinco o seis meses sustituyen a las leches de inicio y se puedn tomar hasta los 18 meses, aproximadamente. También llamadas leches infantiles tipo 2, son el principal alimento líquido en esta etapa.
- Leches de crecimiento o tipo 3: están pensadas para los niños desde los 18 meses hasta dos o tres años, cuando ya pueden tomar leche de vaca pura. Son, por lo tanto, leches de transición, que se asemejan mucho a las de continuación, aunque muchas de ellas incluyen otros ingredientes como los cereales, la fruta o el cacao.
Todas estas fórmulas infantiles se pueden presentar en polvo, más fáciles de conservar; o en formato líquido listas para tomar, y que ahorran tener que preparar el biberón. Puedes leer más sobre cómo elegir leches de fórmula.
Productos de alimentación infantil para necesidades especiales
La industria de la alimentación infantil ofrece leches especiales para bebés con problemas como cólicos, regurgitación o estreñimiento; así como leches de soja o sin lactosa e hidrolizados para lactantes con problemas gastrointestinales o alergénicos importantes.
También si tu pequeño padece estreñimiento, problemas digestivos o tiene dificultades para dormir, le puedes preparar una infusión específica, con dosis adecuadas a su edad.
Además existen leches enriquecidas con calcio, vitamina D, hierro, ácido fólico, omega 3 y omega 6 o con lactobacilos, que mejoran el funcionamiento intestinal y refuerzan el sistema inmunitario.
En este sentido, si tu hijo no come muy bien, puede ser necesario algún complemento alimenticio que le proporcione los nutrientes que le pueden faltar. Eso sí, en todos estos casos consulta siempre con tu pediatra.
Papillas infantiles
A partir de los seis meses, la leche como único alimento es insuficiente para tu pequeño, que necesita más nutrientes para su desarrollo. Así, a la leche de continuación van empezando a acompañarle otros alimentos como los cereales, las frutas o la carne. Es la llamada alimentación complementaria que comenzamos a ofrecerle al bebé a través de preparaciones trituradas. De este modo, va aprendiendo a masticar y a ingerir sólidos poco a poco, y va acostumbrando su paladar a nuevos sabores.
Podemos darle papillas o purés caseros, pero también optar ocasionalmente por los tarritos y papillas ya preparadas, que tienen perfiles nutricionales similares y nos facilitan la elaboración y el transporte.
Lo primero que se introduce en la dieta del bebé son los cereales: trigo, avena, cebada, centeno, arroz y maíz. Al principio deben ser sin gluten. Las galletas también son una buena opción dentro de este grupo de alimentos, igualmente sin gluten. Después llegarán las frutas, lo más variadas posible; y las verduras, evitando al principio las de alto contenido en nitritos, como la remolacha, las espinacas, las acelgas y los nabos. Y finalmente se incorporarán la carne y el pescado. Se comenzará por las carnes menos grasas como el pollo y por los pescados blancos. Los azules no se recomiendan hasta el año y medio. En cuanto al huevo, no se aconseja antes de los 12 meses, por su alto potencial alergénico.
La dieta de nuestro hijo tiene que ser lo más variada posible, pero el aporte lácteo seguirá formando parte fundamental, aunque hay que tener cuidado con los derivados lácteos. Por ejemplo, el yogur puede tomarlo a partir de los 9-10 meses, pero es recomendable que esté elaborado con leche de vaca modificada, no pura.
Algunas claves de alimentación infantil
- A veces pueden ser necesarios los cambios de una leche de fórmula a otra. Tu pediatra será el encargado de supervisarlos.
- Hay que introducir los alimentos de forma progresiva y separada, aproximadamente cada 10-15 días y en pequeñas cantidades. Así es más fácil detectar si tu hijo los va aceptando. En cuanto observes que algo no le sienta bien, consulta con tu pediatra porque puede tener algún tipo de alergia o intolerancia alimentaria.
- Intenta desde el principio que tu hijo se acostumbre a una dieta variada y a no comer con mucha sal. Acostúmbrale a que haga un desayuno completo y en la merienda procura darle frutas, pan, queso o galletas, en vez de alimentos muy dulces o con mucha grasa.
- Evita el abuso de los zumos y los refrescos. El agua es la mejor bebida para tu pequeño, y es la que debe acompañar la mayoría de sus comidas.
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