Bicicletas de segunda mano: ¿Cómo ponerlas a punto?
El ciclismo es uno de los deportes más accesibles para mejorar la salud a cualquier edad. Es fácil recuperar una bicicleta olvidada en un trasero.
El ejercicio en bicicleta estática ayuda a mejorar la salud y el bienestar psicológico, pero cuando se practica se echa en falta el contacto con la naturaleza o la apreciación real de los kilómetros recorridos. Si en el garage o el trastero acumula polvo una bicicleta comprada hace años o un amigo o familiar nos ofrece la suya, podemos dejarla lista para su uso con un rápido repaso.
Limpieza y seguridad de la bicicleta
Lo primero que debemos hacer si queremos convertir nuestra antigua bicicleta en una máquina reluciente de devorar kilómetros es darle un buen lavado, empezando por un baño con abundante agua y jabón, frotándola con un estropajo o una esponja dura. Lo normal es que, con el paso de los años, se haya pegado polvo y suciedad en las zonas que van engrasadas. En ese caso, un líquido desengrasante como los que usamos en la cocina puede obrar maravillas.
No podemos salir a pedalear sin haber comprobado exhaustivamente los elementos de seguridad de la bicicleta de segunda mano, como ruedas y frenos. Es probable que el tiempo haya aflojado los cierres de las ruedas, o que estas no estén bien centradas con el cuadro. Debemos asegurarnos de que estén en la posición correcta y de que los cierres estén bien apretados. Además, lo más seguro es que las ruedas hayan perdido presión, así que tendremos que chequear a qué nivel está y ponerla al adecuado.
En el caso de los frenos, es conveniente cambiar las zapatas por unas nuevas si están desgastadas y revisar los cables que van de la maneta del freno a la rueda, comprobando que no estén partidos ni deteriorados. Si los frenos son de disco, hay que asegurarse de que las pastillas de las pinzas estén en perfecto estado.
Elementos a revisar de una bicicleta de segunda mano
Aunque la suspensión de una bicicleta suele estar bien sellada, no está de más comprobar que su presión se ajusta a los valores óptimos que indica el fabricante para nuestro peso y para el uso que le vamos a dar a la bici.
Otro de los elementos de nuestra bicicleta que puede haberse desajustado durante el tiempo que ha estado inactiva es la transmisión. Si es así, ajustarla de nuevo es sencillo: basta con apretar los tornillos del cambio trasero y los del desviador de platos. Y ya que tenemos el destornillador en la mano, convendría confirmar que los cables que van del manillar a la transmisión están todavía tensos.
Engrasar la cadena es una tarea un poco engorrosa y sucia, pero es fundamental para que la bicicleta funcione a la perfección. En el mercado hay distintos tipos de lubricante para cadenas, en cuyos envases figura si son para terrenos secos o mojados, de manera que tendremos que elegir uno que se ajuste al uso que le vayamos a dar a la bicicleta.
Repaso de los accesorios de la bicicleta
Si hace muchos años desde la última vez que cogimos la bici, puede que tengamos que regular la altura del sillín para sentirnos más cómodos. Sería también interesante limpiar o incluso cambiar el botellín de agua que muchas bicis incorporan en el cuadro, así como chequear que la bolsa de los recambios tiene todo lo necesario para cambiar una rueda o salir de un apuro en caso necesario.
Si después de haber puesto en práctica todos estos consejos la bicicleta no funcionara correctamente, o si no podemos ponerla a punto por falta de tiempo o de ganas, lo mejor es acudir a un taller especializado, y dejar que un profesional se ocupe del mantenimiento. Ya que hemos tomado la decisión de volver a montar en bici, que un pequeño detalle no ponga en peligro nuestra aventura.
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