Cinco trucos para hacer la maleta perfecta
Basta ya de maletas que no cierran, de multas por exceso de equipaje y de prendas de vestir arrugadas o, lo que es peor, olvidadas. Te ofrecemos cinco sencillos trucos para que la maleta deje de ser un problema para siempre y se convierta en una solución.
1. Lo que nunca debes olvidar
Hay una serie de prendas y artículos que son imprescindibles en cualquier maleta, independientemente del destino. Una muda de ropa interior por cada día más un par extra por lo que pueda pasar; una bolsa vacía para ir guardando la ropa sucia; un impermeable ligero por si el tiempo se tuerce; calcetines de sobra por si se mojan (puedes guardarlos dentro de los zapatos para ahorrar espacio); una mochila o bolsa de mano para traer regalos o recuerdos; artículos de aseo personal por si el hotel o apartamento no dispone de ellos o necesitas alguno específico; y un adaptador de corriente por si en tu destino los enchufes no son iguales que aquí.
Lo ideal es hacer una lista de todo lo que quieres llevar antes de ponerte a llenar la maleta y, cuando tengas la lista hecha, disponer toda la ropa doblada encima de la cama para asegurarte de que no falta nada antes de guardarlo.
2. Si viajas con la familia
La primera decisión es si separamos el contenido de las maletas por su tipo en vez de por su propietario, es decir, meter en una todos los zapatos, en otra la ropa de playa, etc. Esa técnica puede ser muy útil para encontrar después los objetos, pues el equipaje está muy organizado. Para evitar el contratiempo de que la aerolínea pierda una maleta si se viaja en avión, es aconsejable hacer una aparte con lo imprescindible para cada uno de los miembros de la familia. También es muy útil agrupar algunos objetos de toda la familia si el motivo del viaje es una celebración que requiere una vestimenta especial.
3. ¿Placer o trabajo?
Lo primer que deberíamos hacer antes de empezar a meter ropa en la maleta es consultar en un servicio meteorológico el tiempo que va a hacer. Si solo vamos a estar en el hotel y en una sala de reuniones, no importa tanto, pero sí si la intención es hacer turismo y estar muchas horas en la calle.
Si se trata de un viaje de trabajo, lo ideal es extender las camisas abrochadas al fondo de la maleta, y las americanas del revés con los hombros juntos. Es la mejor forma de que no lleguen arrugadas.
Y si es un viaje de placer, lo más recomendable es pensar un conjunto para cada día. De esa manera llevaremos solamente la ropa que nos vamos a poner, y no ocuparemos espacio de más con las típicas prendas ‘por si acaso’.
4. Orden y colocación
Un error muy común a la hora de hacer la maleta es pensar que da igual cómo lo coloquemos todo. Al fin y al cabo el espacio no varía. Pero no es así. Cómo doblemos las prendas y en qué orden las dispongamos dentro del equipaje determinará en gran medida cuánta ropa cabe en la maleta.
Lo ideal es que las prendas más pesadas, como pantalones y faldas, se coloquen al fondo, y que las más delicadas vayan en la parte superior. Aprovecha el espacio interior de los zapatos para guardar los calcetines, y enrolla sobre sí mismas las prendas de algodón, como jerseys y camisetas, haciendo con ellas un cilindro. De esa manera ocuparán mucho menos espacio que si las doblas de la manera tradicional.
5. Sé previsor
¿Cuántas veces el neceser ha sufrido un golpe y se ha vertido el contenido de una crema o de una colonia por toda la ropa? Evítalo metiendo los botes con líquido dentro de una bolsa con cierre hermético o sellándolos con papel celo. También puedes guardar los collares y pulseras alrededor de pajitas para que no se enreden, y enrollar los pañuelos y corbatas alrededor de tubos de papel de cocina gastados para que no se arruguen.
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