Cómo elegir freidora

A la hora de freír patatas, croquetas, o cualquier otro alimento, la freidora es un electrodoméstico muy útil. Hay quien prefiere utilizar la sartén. Sin embargo, la freidora resulta más segura ya que evita el riesgo de quemaduras por salpicaduras. Además, la fritura se realiza más rápida y fácilmente, pudiendo seleccionar la temperatura de cocción.

Dos tipos de freidoras

Las freidoras de aceite son las más conocidas tradicionalmente. Funcionan mediante una resistencia que se sitúa en el fondo de la cubeta, junto a un sensor de temperatura que conecta con el termostato para activar o detener la corriente según la temperatura ideal.
Las freidoras de aire se están popularizando en los últimos años ya que permiten cocinar todo tipo de alimentos de una forma mucho más saludable, ya que no necesitan nada de aceite o solo una mínima cantidad. Estas freidoras funcionan mediante una resistencia eléctrica que calienta el aire que mueve un ventilador y lo proyecta por unas salidas al interior del recipiente donde están los alimentos.

Gracias a la tecnología sin grasa de las freidoras de aire, el contenido calórico de los platos, así como los olores desagradables que generalmente se liberan durante la fritura tradicional, se reducen significativamente.

Aspectos a tener en cuenta

Capacidad: La capacidad de una freidora de uso doméstico suele ser de entre 1 y 5 litros. Te en cuenta la cantidad de comida que sueles preparar para elegir la capacidad que mejor se adapta a ti.
Potencia: Una freidora eléctrica deberá tener desde los 1.000 o 1.500 W en adelante. Una buena potencia te permitirá freír mejor y en menos tiempo.
Temporizador y control de temperatura: El temporizador te permitirá regular el tiempo de cocción de tus frituras, y el control de temperatura será idóneo para darle el toque adecuado de cocción a todas tus recetas. La temperatura ideal suele oscilar entre los 160° hasta 180°.
Fácil Limpieza: Uno de los inconvenientes de las freidoras frente a la sartén es que son más complicadas a la hora de limpiar. Por eso, presta especial atención en que tengan accesorios de fácil extracción y aptos para lavar en el lavavajillas. Además, si son de acero inoxidable mejor, ya que es un material de limpiado fácil. Comprueba también que cuenta con una zona fría, donde se depositan los restos de los alimentos fritos para que así no se quemen, lo que resulta muy útil a la hora de la limpieza. Por último, comprobarás que algunas freidoras incorporan una función de auto limpieza.

Seguridad: Para garantizar la máxima seguridad, la freidora debe incluir funciones como el termostato, que se activará cuando ésta entre en sobrecalentamiento para mantener una temperatura estable. El apagado automático, por su parte, se activa cuando acaba el tiempo de cocción marcado por el temporizador. Así, ahorra energía y ofrece mayor seguridad. Algunas freidoras también incorporan una ventana en la tapa, para poder comprobar el proceso de fritura sin peligro de salpicaduras que puedan producir quemaduras.
Evitar malos olores: Algunas freidoras incluyen un filtro anti olor. A pesar de ello, conviene limpiarla con regularidad y cambiar el aceite cada tres usos para eliminar los olores indeseados.
Libre de tóxicos: Cada vez más freidoras incluyen el sello “libre de BPA”. Estas siglas hacen referencia al “Bisfenol A”, un producto químico industrial presente en muchos plásticos y que, al ser calentado, puede liberar agentes tóxicos perjudiciales para la salud.