Cómo elegir la ropa de cuna para tu bebé
El sueño es un factor fundamental para el desarrollo de nuestro bebé, por eso durante los primeros meses pasan tanto tiempo dormidos. E, igual que nos esmeramos por encontrar la cuna más adecuada, debemos tener en cuenta la ropa de cuna sobre la que va a descansar el recién nacido. Y no sólo durante el sueño, ya que de pequeñitos pasan gran parte del día en la cuna.
Naturalmente, lo prioritario en cuanto a la ropa de cama que elijamos es la seguridad y el bienestar del bebé, no la parte estética de la ropa de cama. Afortunadamente hay tantos modelos que seguro que vas a encontrar los que más se ajustan a tu estilo.
Hoy os traemos una guía de compra para no dejar ningún fleco suelto. Si sois partidarios del colecho también deberíais tener en cuenta los siguientes puntos, pues aunque no sea para dormir, el bebé pasará tiempo en la cuna, en el moisés, en el carrito…
Lo imprescindible:
- Varios juegos de sábanas para la cuna o minicuna.
- Un par de mantas, de varios grosores, para ajustar su temperarura en función del frío que haga en casa o en la calle.
- Un protector de colchón. Es importante que quede bien ajustado para que no cause molestias al bebé. Nos será muy útil para no tener que lavar todo el colchón cuando el pequeño vomite, sude, o regurgite. Hoy en día los cubrecolchoes transpiran y son impermeables, de forma que son muy útiles.
- Varios pijamas. Cuando son pequeños lo más normal es que lleven pijamas de cuerpo entero o monos, así tienen bien tapado el cuerpo y no se sacan los patucos por la noche. Piensa en la época del año que será cuando nazca para elegir un pijama más o menos grueso. En verano, en las zonas de calor, seguramente no lo necesitará.
- Muselinas. Una muselina suave y transpirable para envolver al bebé puede ser una buena aliada a la hora de dormirlo, pues le ayuda a relajarse y a caer en manos de Morfeo.
La seguridad es lo primero
Como hemos avanzado, con un bebé hay que extremar las precauciones, y la seguridad es lo primero que debemos tener en la cabeza a la hora de comprar la ropa de cama. Aquí os dejamos un resumen de las precauciones básicas:
-El colchón debe ser más bien duro, pues en un colchón demasiado blando podría hundirse el bebé y estar incómodo.
-Evita llenar la cuna de almohadas, lazos, peluches y adornos varios. No sólo le robarás espacio al niño, si no que puede resultar peligroso. Si no pones nada, mejor.
La sábana bajera debe ajustarse perfectamente al colchón, lo mismo que el cubrecolchoes. Si no se ajustan bien, puede que se suelten cuando el bebé se mueva y acaben hechas un churro o enrolladas alrededor de su cuerpecito.
Por el mismo motivo, la sábana de arriba y la manta tienen que estar bien metidas y sujetas en la parte inferior de la cuna o del cochecito.
Cuando laves la ropa de cama, evita los productos demasiado agresivos, la piel de los bebés es muy sensible.
Evita en la medida de lo posible los botones, lazos y adornos, pues si se desprenden el bebé podría tragárselos.
Puedes colocar una chichonera en la cuna para que si se golpea con los barrotes no se haga daño.
Y la higiene, lo segundo
De la misma forma que debemos lavar la ropa del bebé antes de que empiece a ponérsela, debemos lavar toda su ropa de cuna antes de que la estrene. Lo mejor es lavarla a mano, o en un programa de lavadora para prendas delicadas y sin que se mezcle con la ropa de los adultos. Usar jabones y detergentes no agresivos puede ahorrarnos sarpullidos y alergias en la piel del bebé.
Las colchas y las mantas no se lavan con tanta frecuencia ni tan fácilmente como las sábanas, por lo que es importante tener siempre una sábana superior puesta entre el bebe y la manta o colcha.
Los recién nacidos con frecuencia regurgitan leche durante la noche, por lo que colocar una toallita o un paño bajo su cabeza puede ser útil para no tener que lavar la sábana completa. Puedes usar la funda de almohada que traen algunos juegos de sábanas para cunas, si no usa almohada el bebé.
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