Cómo elegir sacaleches
La Asociación Española de Pediatría, la Organización Mundial de la Salud y UNICEF consideran que la leche materna debe constituir el único alimento para el bebé durante sus seis primeros meses de vida. También afirman que hasta el año debe seguir siendo el alimento principal.
Razones para utilizar un sacaleches
Para las madres que decidan seguir las recomendaciones de la AEP, OMS y UNICEF, el uso de un sacaleches se hace imprescindible porque ayuda a llevar con éxito la lactancia materna y prolongarla más tiempo, y además soluciona las dificultades que esta puede suponer.
Las razones para utilizar un sacaleches son:
1. Estimular la producción de la leche tras el parto:cuando al recién nacido le cuesta coger el pecho (como puede ocurrir con los bebés prematuros), la madre debe estimular desde el primer día la subida de la leche. Además de colocar al bebé en el pecho todas las veces que sea posible, puede emplearse el sacaleches y acelerar el proceso.
2. Exceso de leche: si la madre produce más leche de la que el bebé toma es necesario vaciar los pechos para evitar obstrucciones o, en el peor de los casos, mastitis, una infección de la glándula mamaria que se manifiesta con una mancha roja sobre la piel del pecho.
3. Grietas en los pezones: el sacaleches y el biberón con leche materna resultan de gran utilidad mientras se solucionan este tipo de problemas físicos que impiden que la lactancia sea una experiencia agradable.
4. Si el niño tiene malformaciones en la boca o el paladar: en algunos casos estas malformaciones pueden dificultar que el bebé succione de manera efectiva el pecho de la madre. En ese caso, es posible que el pequeño tome leche materna gracias al sacaleches.
5. Incorporación de la madre al trabajo: tras las 16 semanas de baja, la única opción para las madres trabajadoras que quieren seguir con lactancia materna exclusiva es extraerse la leche con un sacaleches y que su cuidador se la de al bebé con un biberón.
Tipos de sacaleches: manual y eléctrico
La elección del sacaleches dependerá de algunas pautas, como la frecuencia de extracción o la cantidad de leche que la madre necesita.
Sacaleches manual: se activan con ayuda de una palanca. Los sacaleches manuales son más económicos que los eléctricos y perfectos para aquellas madres que necesiten extraer su leche de forma puntual, ya que son más lentos. Permiten regular fácilmente la intensidad para adaptarlo a la sensibilidad de cada mujer y ajustarlo al ritmo de succión de su bebé. En ese sentido, la AEP recomienda empezar con aspiraciones cortas y rápidas y aumentar la velocidad cuando empiece a obtenerse la leche. Debido a su tamaño (menor que los sacaleches eléctricos) son perfectos para transportar con comodidad, y además no necesitan conectarse en ningún enchufe.
Sacaleches eléctrico: con los sacaleches eléctricos se obtiene una mayor cantidad de leche en menos tiempo, así que resultan la mejor opción para las madres que tienen que extraer su leche de forma continuada. Además, está comprobado que aumentan la producción natural de la leche. Los sacaleches eléctricos disponen de un modo de estimulación antes de proceder a la extracción de leche. Los modelos más avanzados disponen de varias velocidades y potencias personalizables y son ligeros, compactos y fáciles de transportar. Es conveniente que dispongan de tecnología antigoteo. Funcionan con adaptador de corriente o baterías.
Cómo conservar la leche extraída
La mejor solución para almacenar la leche extraída son las bolsas de lactancia especialmente diseñadas para contener leche materna. Es un sistema práctico y económico. Deben ser herméticas (sin fugas) y estables para que no se vuelquen, y deben disponer de un área de escritura porque toda la leche almacenada tiene que estar fechada con el día y la hora de la extracción.
PLa leche materna extraída puede conservarse a una temperatura ambiente de 25 grados de cuatro a ocho horas. Si no es para usarla de forma inmediata, conviene guardarla en la nevera o congelador justo después de extraerla. Lo ideal es colocarla en el cajón refrigerado destinado a las frutas y verduras, que suele estar entre 0 y 4 grados y nos permitirá conservar la leche materna de 5 a 8 días.
En un congelador dentro de la nevera, la leche materna puede aguantar dos semanas. En un congelador que es parte de la nevera pero con puerta separada (tipo combi) puede aguantar 3 o 4 meses en función de la frecuencia con que se abra la puerta. En un congelador separado con una temperatura constante de -19 grados, la leche puede conservarse alrededor de seis meses. Conviene depositar las bolsas con la leche en un recipiente cerrado para minimizar el efecto de los cambios de temperatura al abrir y cerrar el congelador.
Consejos para extraer la leche
Antes de empezar a extraer la leche es importante lavarse las manos y efectuar un masaje en el pecho para mejorar la liberación de oxitocina, la hormona que ayuda a la expulsión de la leche. En el momento de la extracción, es importante estar cómoda y relajada. Mientras se extrae la leche de un pecho, es posible que se pierda leche a través del otro pecho. Para ello, conviene colocarse un disco de lactancia que absorba esta pérdida. Los discos de lactancia ideales son de algodón y desechables tras su uso.
Para que la extracción de la leche sea más rápida, se puede colocar primero una toalla con agua caliente en los pechos. Y con un cojín de lactancia estarás más cómoda. Algunas mujeres optan por extraerse la leche de un pecho mientras el bebé se alimenta del otro, pero esto requiere práctica.
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