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Cómo elegir tronas para el bebé

Las tronas o sillitas para que tu bebé coma han evolucionado tanto que existen opciones para todos los gustos, necesidades y bolsillos. Puedes empezar a buscarlas cuando tu hijo tenga unos cuatro o cinco meses porque, sobre el medio año, tu bebé ya estará listo para estrenar su trona.

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1. ¿Qué debes saber antes de buscar la trona?

Básicamente, existen tronas de dos clases, las tronas de pie (que incorporan bandeja) y las tronas de mesa. La decisión es muy personal y variará en función de tus preferencias, aunque te interesa saber que las que tienen bandeja incorporada facilitan que el niño vaya ganando autonomía una vez que comienza a comer solo. La ventaja de las que no llevan bandeja, es que se adaptan a la mesa de la cocina o comedor y desde el primer día puedes integrar al niño con los adultos. Así que, en este caso, se trata de una decisión de los padres que tendréis que valorar cuál es vuestro estilo de crianza de los niños en lo relativo a las comidas.

Aunque la mayoría ya vienen preparadas para su uso, asegúrate de que el modelo por el que te decantes se limpia con facilidad. Los purés vuelan -sobre todo los primeros- y acaban en lugares insospechados, no te compliques la vida con una trona difícil de lavar.

Como se trata de un elemento que aparece en tu cocina y que se quedará en ella unos cuantos años (tantos como tarde tu hijo/a en poder sentarse en una silla como las de los adultos) antes de comprarla asegúrate de que encaja y no molesta en el lugar en el que tengas pensado guardarla o situarla. Procura comprarla teniendo en cuenta si querrás que forme parte de tu casa permanentemente o si, por el contrario, tu idea es guardarla y sacarla cada día sólo a las horas de las comidas.

2. ¿Qué diferencias hay entre los distintos modelos de trona?

Existen cuatro modelos típicos de tronas para tu bebé:

  • Por un lado está las conocidas como tronas fijas. Son las que no se pueden regular en altura, tampoco tienen el asiento reclinable y, por lo general se pliegan como una tijera. Se trata del modelo más sencillo y son la mejor opción si tu hogar o el lugar en el que la guardarás es muy pequeño y necesitas ocupar poco espacio en la cocina.
  • La propuesta más próxima a las tronas fijas son las llamadas "tronas de relax o regulables en altura". Se denominan así porque al ser su asiento acolchado y reclinable, tu hijo/a podrá probar diferentes posturas hasta encontrar la que le gusta más para comer. Además, si tras la comida suele quedarse dormido, estas tronas permiten que descanse durante la siesta sin tener que cambiarlo de sitio. El problema de estos modelos es que son más voluminosos que las fijas. A cambio, son más versátiles y además tienen ruedas para desplazarse, de modo que son tu mejor opción si eres de los que no siempre come en el mismo lugar o si, por ejemplo, querrás darle la comida en la cocina pero la cena en el salón.
  • Existen también tronas que son mesas de juegos y a la vez sillas para comer. Constan de dos piezas y se pueden convertir en un práctico asiento adaptable a la mesa, y en una mesa de juegos que podrás encontrar en madera o en plástico. La gran ventaja de este modelo es que lo podrás usar durante más tiempo, además, su versatilidad puede ser una buena opción si deseas que tu hijo/a esté rodeado de estímulos.
  • Muchos padres optan por las llamadas "tronas evolutivas". Como indica su nombre, se trata de modelos que acompañan el crecimiento del niño en cada una de sus etapas y pasan de ser una trona clásica a ser una silla más adelante. Estas propuestas tienen los mismos elementos básicos que las anteriores (bandeja, arneses, cojín y reposapiés) y cuentan con la ventaja de que tanto la bandeja como el cinturón se pueden retirar cuando tu hijo/a deja de necesitarlos y ya se siente a la mesa con normalidad pero en su propio asiento.
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3. Tronas de viaje para los desplazamientos

Si tu familia es de las que viaja con frecuencia y no quieres tener que adquirir dos modelos de trona (la de casa y la que uséis para vuestros desplazamientos) la mejor opción es que te hagas con una trona de viaje que puedas utilizar también en tu residencia habitual. Son modelos adaptables a la mayoría de las sillas y suelen incluir bolsa de transporte para que guardarlas o llevártelas no sea un problema.

Si no te decantas por una trona de viaje debes saber que también existen asientos para fijar a cualquier mesa y asientos para fijar a cualquier silla, ambos son indicados a partir del momento en el que tu hijo pese unos 18 kg, que es el peso que suelen aguantar la mayoría de los modelos. Son fáciles de adaptar, seguros y, lo más importante, cómodos de transportar.

4. ¿Qué debes probar y cómo debes usarla?

Respecto a sus características anatómicas te conviene saber que, para que esté cómodo en todas las etapas de su crecimiento, tanto el reposapiés como el respaldo se regulan en altura y ángulo. Eso sí, guarda las instrucciones y las herramientas en lugar seguro porque, a lo largo de los meses, las necesitarás para realizar estos cambios.

Como es lógico, la trona se debe colocar siempre en suelo liso, sin irregularidades, así que no intentes sacarla a un jardín o un patio que no sea firme. Tampoco toques los mecanismos ni hagas ajustes mientras el niño está sentado en ella, deja esas tareas para cuando puedas manipularla con seguridad.


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