Conoce el estado de tus músculos con el Test de Thomas

Javier Gómez Lozano

Entrenador personal en Electrobody Center Alcalá de Henares

www.electrobodycenter.com

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Uno de los dolores musculares más frecuentes se produce por el acortamiento del músculo iliopsoas, comúnmente conocido como psoas. Curiosamente, se da en personas que pasan la mayor parte del día sentadas y, al mismo tiempo, en deportistas que practican ciclismo o running. No es grave, pero sí molesto, y existe un método eficaz para detectarlo y tratarlo: el Test de Thomas.

El músculo psoas

Estamos hablando de un músculo constituido por dos porciones diferenciadas (psoas e ilíaco), y que forma parte de la llamada musculatura profunda. Esto lo convierte en una pieza fundamental en el equilibrio de la columna vertebral y en el movimiento de flexión de la cadera.

A tener en cuenta: El psoas va desde la región abdominal hasta la parte delantera del muslo, conectando el tronco con el tren inferior. Es difícil de localizar a simple vista, pero desempeña un papel fundamental a la hora de levantar las piernas y flexionar el tronco.

Este músculo se alarga cuando lo ejercitamos y se acorta cuando está relajado, al contrario que la mayoría. Esto provoca que pueda sufrir un acortamiento por exceso o por falta de actividad, lo que desemboca en pérdida de fuerza y aparición de dolor.

Test de Thomas

Este método, utilizado por los fisioterapeutas, es tan sencillo que podemos realizarlo nosotros mismos en casa con la ayuda de una camilla de masajes, o en su defecto, de una simple mesa. El Test de Thomas consiste en tumbarse boca arriba en la camilla de manera que las piernas cuelguen de rodilla hacia abajo.

A continuación hay que levantar y flexionar una de las piernas y llevarla hasta el pecho, sujetándola con las manos. Dependiendo del efecto que se produzca en la otra pierna, podremos evaluar el estado de sus músculos cuádriceps y psoas.

A tener en cuenta: Si la pierna que no hemos levantado se queda exactamente como estaba, con el muslo pegado a la camilla y la rodilla flexionada, todo está correcto. Si, por el contrario, el muslo se mantiene pegado a la camilla pero la rodilla se estira, es porque el cuádriceps ha sufrido un acortamiento.

En el caso de que el muslo se despegue de la camilla, podemos encontrarnos ante dos escenarios diferentes: si podemos doblar la rodilla en un ángulo superior a 90º es porque el psoas es más corto de lo que debería, pero si no podemos es a causa de un doble acortamiento, tanto en el psoas como en el cuádriceps.

Consecuencias y tratamiento

Si tu fisioterapeuta o tú mismo habéis detectado un acortamiento en el psoas, en el cuádriceps o en ambos, no debes preocuparte, no es nada grave y tiene solución. Un cuádriceps o un psoas acortados provocan que la región lumbar de la columna vertebral soporte una tensión extra para compensar la falta de movimiento y flexibilidad en la cadera. Como consecuencia, aparecen los dolores y la práctica de ejercicio se hace muy difícil.

A tener en cuenta: La mejor manera de acabar con el acortamiento del cuádriceps y del psoas es estirarlos bien y con frecuencia. Para ello, podemos hacer el siguiente ejercicio: estando de pie, flexionar una rodilla levantando el pie hacia atrás y sujetarlo con la mano por el empeine. Así estiramos el cuádriceps.