A tener en cuenta: Las cunas de viaje denominadas ‘nidos’ son más sencillas: se asemejan a los moisés y suelen incorporar capotas y mosquiteras. Algunas se despliegan con un único movimiento, un sistema realmente práctico. Pero, eso sí, estas cunas son útiles tan solo para los primeros meses de vida.
Cunas de viaje: todo lo que debes saber
Marta Galán Sanz
Responsable de puericultura en Carrefour.es
www.carrefour.es
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A la hora de viajar con un bebé, una buena cuna de viaje puede significar la diferencia entre una escapada de fin de semana ideal o una pesadilla. Que el bebé descanse y duerma a gusto está estrechamente relacionado con que sus padres también lo hagan, y con que toda la familia disfrute sin sueño del viaje. Te ofrecemos unos consejos para elegir este práctico complemento:
Fijarse en cada detalle
Ligeras, fáciles de transportar y sencillas de montar, las cunas de viaje son una buena opción para salir de vacaciones o dormir con el bebé fuera de casa. Las hay desmontables o plegables, a priori más cómodas; con o sin ruedas y de diseños más o menos sofisticados. Algunas son cunas regulables a varias alturas, e incluso tienen un sistema para elevar el colchón (la altura hasta el borde ha de ser, como mínimo, de 30 centímetros).
Elegiremos la que mejor se ajuste a nuestras necesidades, pero siempre con todas las garantías de seguridad: hay que tener en cuenta que esté homologada y que respete la normativa europea en cuanto a estabilidad. Y no debemos pasar por alto detalles como que no esté fabricada con materiales tóxicos o que no tenga piezas que sobresalgan.
Las cunas de viaje están pensadas para un uso temporal y no para sustituir a las habituales, pero nos pueden servir más adelante como parque de juegos. Para ello, la estabilidad es un punto fundamental: a más patas, más estabilidad
Ropa de cama adecuada
La ropa de cuna no ha de ser excesiva, por el bienestar del bebé y porque, como los colchones que suelen usarse no pesan mucho, no la sujetan correctamente. Lo más recomendable es una sábana ligera (preferiblemente de algodón). Quizás lo mejor para dormir sería un saco, adecuado a cada época del año.
Eso sí, es muy útil contar con protectores de tela acolchados en las esquinas.
A tener en cuenta: Lo más práctico es elegir una cuna de viaje de medida estándar, de unos 120x60 centímetros, porque así nos valdrá la misma ropa de cama que usamos para la cuna habitual.
El colchón de cuna y el somier deben adaptarse perfectamente a cada modelo. Algunas traen un colchón demasiado fino e incómodo, por lo que habrá que comprar otro. Además, durante los dos primeros años de vida no es aconsejable poner almohada, por el riesgo de asfixia.
Alejar todos los peligros
No podemos estar continuamente pendientes del bebé mientras está en la cuna. Por eso, además de asegurarnos de que al desplegar la cuna queda bien abierta, de poner los frenos y de que el colchón se ajusta perfectamente (cualquier hueco puede ser peligroso), hay que observar otros detalles. Por ejemplo, evitaremos colocar adornos para decorar la cuna, porque pueden suponer un peligro si el pequeño se enreda con ellos. Tampoco dejaremos nunca dentro juguetes o ropa de cama suelta que puedan generar algún riesgo.
A tener en cuenta: Cuando ubiquemos la cuna dentro de una estancia, es conveniente hacerlo en una esquina, alejada de la ventana y de aparatos de calefacción o de aire acondicionado, para proteger al pequeño de las corrientes de aire.
La caída de la cuna es uno de los accidentes más frecuentes, por lo que no hay que dejar nada en ella que pueda ayudar a trepar a los bebés, ni colocar cerca objetos que les llamen la atención. Tampoco la situaremos cerca de unas cortinas largas.
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