Inspírate con Mireia Belmonte
La mejor nadadora española de la historia y una de las deportistas españolas más laureadas en los Juegos Olímpicos de Rio 2016 es nuestro modelo de superación en septiembre. Cada mes elegimos un deportista de élite que haya destacado en su especialidad para extraer de su trayectoria los valores que le han conducido al triunfo y que podemos aplicar para conseguir nuestras metas personales y profesionales.
La mejor nadadora española de la historia
Si hubiera que reducir el grupo de personas que pueden servir realmente de inspiración para otros, habría que incluir en este club tan selecto a Mireia Belmonte. Con apenas 25 años, esta nadadora de Badalona ya es para todo el mundo la mejor nadadora española de la historia. También ostenta el enorme privilegio de ser una de las deportistas con más éxitos en los últimos Juegos Olímpicos defendiendo los colores de España. Sus dos medallas, un oro y un bronce, en Río 2016, bien demuestran el grado de talento de esta deportista.
Ante todo, Mireia es una persona como otra cualquiera. La diferencia es que ella, desde que tuvo uso de razón, ha buscado sacrificarse en todas las facetas de su vida para poder conseguir su gran objetivo profesional, ser campeona olímpica. Nada de esto habría sido posible sin demostrar una serie de rasgos personales que le han sido de gran ayuda y guía para llegar a lo más alto.
Disciplina
En un deporte como la natación, la disciplina es una receta obligada para poder ser alguien en una especialidad tan exigente. Mireia Belmonte ha destacado por su disciplina desde sus inicios como nadadora. A los cinco años comenzó a practicar natación por consejo médico y desde entonces no ha dejado de intentar cumplir su propio desafío personal de ser una deportista destacada en su especialidad.
Pero sin duda el mejor ejemplo del valor que tiene la disciplina fue lo que hizo este mismo año, cuando decidió no disputar los Mundiales de Natación en Kazán (Rusia) para centrarse en los Juegos Olímpicos. Rechazó conseguir más medallas en estos campeonatos a cambio de recuperarse al 100% de su lesión. Su recompensa llegó el 10 de agosto en Río de Janeiro, cuando ganó la prueba de 200 metros mariposa y se convirtió en la nueva campeona olímpica.
Perseverancia
Cada vez que Mireia se tira a la piscina lo hace para mejorar. Ya sea a sí misma o a sus oponentes, pero nunca se cansa de aprender y eso es precisamente lo que ha hecho que una nadadora española se cuele en la élite mundial de la natación. Es cierto que cada vez hay más nadadores de buen nivel, pero lo cierto es que España nunca se ha caracterizado por ser un referente en este deporte. Hasta que llegó Mireia.
Ese pensamiento negativo nunca ha estado en la mente de Belmonte que, pese a tener unos inicios difíciles en las mejores pruebas del mundo, ha tenido la capacidad y el tesón de ser fiel a sí misma y a su trabajo. Esa perseverancia le ha llevado a lo más alto, un Olimpo del que ya nadie la va a bajar.
En el deporte y en la vida la virtud es un valor diferencial, pero cualquier talento desluce si no se trabaja o no se le pone a prueba. Mireia Belmonte reúne todo esto y por ello merece ser un ejemplo a seguir por cualquier persona. Y es que todo esfuerzo, grande o pequeño, siempre lleva consigo una enriquecedora recompensa.
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