La hipersensibilidad alimentaria en los gatos
Para saber si nuestro gato tiene hipersensibilidad alimentaria es importante que estemos atentos a su comportamiento, es la única forma de detectar cualquier problema que pueda estar sufriendo.
La hipersensibilidad alimentaria no es otra cosa que alergia a algún ingrediente de su dieta. Las alergias son reacciones fisiológicas anormales que aparecen cuando el sistema inmunitario identifica una sustancia normal como nociva para el organismo. En el caso de los alimentos, los nutrientes más susceptibles de provocar dicha reacción son las proteínas puesto que, al ser moléculas grandes y complejas, pueden ser más fácilmente identificadas como agentes patógenos.
Es importante que sepamos diferenciar entre intolerancia e hipersensibilidad.
• La hipersensibilidad aparece tras una exposición previa a la sustancia, aunque la reacción alérgica puede producirse inmediatamente tras una segunda exposición o bien mucho tiempo después de su consumo regular.
• La intolerancia alimentaria es una condición preexistente en el organismo del animal. No se requiere un contacto previo para que, con el consumo del alimento, se produzcan síntomas similares a los de una alergia a pesar de estar provocados por causas diferentes: carencia de enzimas para la digestión de ciertos alimentos, toxicidad de algún componente del alimento, presencia de componentes como histamina, cafeína, etc.
Aparentemente la hipersensibilidad alimentaria no es una enfermedad muy frecuente en los felinos domésticos aunque la baja tasa de detección que presenta dicha alteración, menos evidente que otras alergias, hace que las estadísticas no sean del todo fiables.
Los síntomas son altamente inespecíficos y variables. No obstante, por regla general, se presentan los siguientes:
DERMATOLÓGICOS: los signos visibles más frecuentes se presentan en la piel. Al principio el único síntoma es el picor, que el gato trata de aliviar lamiéndose, rascándose y mordisqueándose la piel; esto, a su vez, provoca otras alteraciones: cambios de color del pelo (virando a rojizo u óxido) por acción de la saliva, erosiones causadas por los dientes… Con objeto de detectar con la mayor celeridad posible los síntomas descritos debemos fijar nuestra atención en cara y cuello, zonas que se ven afectadas antes que las demás y en una mayor proporción de casos. La reacción alérgica también lleva a la aparición de descamaciones, costras, alopecia, reducción de la capa capilar y, en casos graves, úlceras.
GASTROINTESTINALES: El proceso digestivo se ve alterado o mermado, reduciendo la absorción de los nutrientes esenciales de la dieta del felino. Además, se producen signos más evidentes que revelan la existencia de algún tipo de alteración como vómitos, colitis, diarrea acuosa y enfermedad intestinal inflamatoria.
RESPIRATORIOS: siendo el más frecuente el asma.
DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL: destacando la hiperactividad o la hiperestesia.
Un correcto diagnóstico sólo se consigue con tiempo y dedicación por parte tanto del dueño como del veterinario.
Es necesario realizar al gato una exploración física completa y elaborar un extenso historial dietético identificando las posibles fuentes de proteínas conflictivas. Para distinguir el alérgeno de manera concreta el gato debe seguir una dieta denominada “de eliminación”.
Dicha dieta de eliminación debe estar basada en una fuente de proteínas que el gato no haya probado con anterioridad o que, al menos, no haya probado en los 30 días anteriores al inicio del tratamiento, y, por supuesto, el resto de nutrientes que hagan de ella una dieta equilibrada. Es importante no descuidar el balance correcto de la alimentación puesto que será necesario un tiempo de entre 4 y 10 semanas para obtener resultados y el gato debe mantenerse en buen estado de salud, especialmente si todavía está en periodo de crecimiento.
No hay que olvidar incluir taurina y también los ácidos grasos esenciales Omega 3 y 6 que, además de favorecer la salud de piel y pelo tienen un efecto anti-inflamatorio que alivia el prurito en la piel y algunas alteraciones intestinales. Y, por supuesto, se hace necesario cuidar que el gato siga correctamente las pautas del veterinario, evitando snacks, golosinas y restos de nuestra comida.
Durante el periodo en el que el gato siga la dieta de eliminación, el veterinario será el encargado de vigilar la posible mejoría y, si ésta se produce, identificar exactamente la proteína con tests de provocación para eliminarla radicalmente de su alimentación.
Si te ha interesado este consejo te recomendamos:
- Música para tu gato. El mejor regalo que le puedes hacer por San Valentín
Tweet
