Mi gato se ha vuelto loco
"La mayoría del tiempo cuando los dueños de un gato piensan que se está volviendo loco, es que están viendo al gato desde una perspectiva humana. Pero desde el punto de vista de un gato, estos comportamientos son completamente normales". Esto es lo que afirma Sarah Wilson, autora del libro “Buenos amos, buenos gatos” y experta en el comportamiento animal y no se nos ocurre mejor forma de decirte que no, tu gato no se ha vuelto loco.
Otro especialista en comportamiento animal es el Dr. John C. Wright, autor de “¿Está loco su gato?”. En este caso, el autor defiende a nuestros amigos diciendo que "Los sentidos de un gato le permiten experimentar cosas que nosotros no experimentamos y por eso pueden ver cosas como partículas de polvo, que nosotros no podemos ver, y cuando levantan sus patitas en el aire tratando de alcanzarlas, nosotros pensamos que están alucinando".
Todas las reacciones “extrañas” de nuestro gato tienen por lo general una explicación. Hemos seleccionados unas cuantas. Fíjate bien porque seguramente te suenen algunas de ellas…
Mueve las patitas contra nuestra tripa y babea. Lo que nos está queriendo decir es que se sienten muy cómodos y satisfechos. Esta reacción puede deberse a un recuerdo de sus primeros meses de vida cuando amasaban las tetillas de su madre para que le bajara la leche.
Frota su cabeza contra nosotros. Nos está comunicando que nos acepta y que está muy contento y a gusto. Al frotarse marca su área de dominio con su olor. Al hacerlo con nosotros nos está diciendo que somos suyos, que pertenecemos a su territorio.
Bebe agua de un grifo que gotea. La razón de que hagan esto no está clara, puede que piensen que el agua es más fresca porque la asocien con el agua que mana de una fuente natural y la prefieran al agua estancada de su plato.
Tapa su cuenco de la comida con un plato. Puede indicar que el gato no desea esa comida o que la proteja de otros depredadores. Una pista para conocer la razón es observarle: si una vez tapada la comida nuestro gato no vuelve a comer es que nuestro compañero tiene un paladar muy exigente.
Caza ratones que ya ha cazado. Si nuestro gato vive en el campo o sale con frecuencia a la calle, es posible que cace un ratón u otra presa y juegue con ella. Su forma de jugar es fingir que la está cazando, salta, la golpea con sus zarpas,… Así que no debemos preocuparnos, simplemente se lo está pasando bien jugando.
Se muerde o se rasca hasta provocarse heridas. En este caso lo mejor es llevarlo al veterinario porque puede tener alguna molestia o esté desarrollando alguna enfermedad cutánea que debe ser diagnosticada y tratada.
Fuerte instinto cazador. Si mientras observa a través de una ventana a pájaros u otra presa mueve la cola o hace ruidos con los dientes, no debemos preocuparnos, porque está exhibiendo un comportamiento predatorio instintivo y natural. Pero si nuestro gato muestra ese comportamiento con alguna mascota de la casa que pueda estar a su alcance, debemos extremar las precauciones y asesorarnos con un especialista.
Juega con el inodoro. La razón de esta actitud no está clara, según los expertos puede significar que nuestro gato esté intentado pescar, o simplemente que los reflejos de luz en el agua y el remolino de la cisterna le despierten curiosidad.
Me lame la cara. Esta es una señal muy positiva. Querrá decir que hemos conseguido crear un vínculo muy fuerte con él y está intentando asearte, algo que sólo hacen con otros gatos con los que tienen fuertes vínculos, con hermanos de camada o con sus hijos (si es una gata).
Muerde las plantas. Este comportamiento es natural, aunque los gatos son carnívoros, también necesitan en su dieta alimentación vegetal para su digestión. Alguna de nuestras plantas pueden resultar venenosas por ello debemos plantearnos darles algo específico para ellos.
Ataca. Si nuestro gato nos sorprende desde detrás de una puerta y nos ataca los tobillos, o a media noche se pone a correr por toda la casa tirando cosas y haciendo ruido, necesitamos incrementarle el nivel de actividad durante el día. Si se pasa el día sólo, posiblemente esté dormido y se active únicamente por la noche. Los “ataques” o mordiscos en tobillos son sólo juegos predatorios así que no nos asustemos.
Fuente: Rebeca Sweat CATS Magazine, Septiembre, 2000.
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