A tener en cuenta: Cuando ponemos a cargar una pila recargable, se invierte el proceso que hemos descrito antes, entrando la corriente de electrones por el polo negativo de la pila, atravesando el electrolito y saliendo de ella por el polo positivo. Mediante este proceso, la carga de la pila se restaura.
Pilas tradicionales vs. pilas recargables: ¿Cuál me conviene?
Alberto García Matos
Responsable de bricolaje en Carrefour.es
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Nuestro día a día está repleto de dispositivos eléctricos y electrónicos que necesitan gran cantidad de energía para funcionar. Algunos de ellos cuentan con sus propias baterías, fabricadas especialmente para alimentarlos, mientras que otros necesitan pilas que debemos comprar. La duda respecto a estas es: ¿mejor usar pilas alcalinas o recargables?
Funcionamiento de las pilas
Cualquier pila, ya sea una pila alcalina o recorgable, funciona de la misma manera: un polo positivo (o cátodo) está conectado a un polo negativo (o ánodo) a través de un medio líquido, sólido o híbrido llamado electrolito. Al poner en marcha un dispositivo cualquiera, el flujo de electrones sale del ánodo repelido por su carga eléctrica, recorre los circuitos del dispositivo y vuelve a entrar en la pila por el cátodo, haciendo que el aparato entre en funcionamiento.
Debemos recordar que ninguna pila es eterna, es decir, incluso las pilas recargables tienen una duración determinada, que se va agotando a medida que completamos ciclos de carga y descarga.
Ventajas e inconvenientes de cada tipo de pila
Las pilas recargables son más caras que las alcalinas y requieren que compremos también un cargador de pilas adecuado, pero tienen la ventaja de durar mucho más que las tradicionales, ya que podemos usarlas una y otra vez, mientras que las alcalinas deben ser desechadas cuando se han descargado.
A tener en cuenta: El ciclo de descarga de una pila recargable es mucho más rápido que el de una pila alcalina. Dicho de otro modo, si conectamos una pila recargable a una cámara digital, podremos hacer menos fotos que si usamos una alcalina. Por eso se recomienda usar pilas tradicionales en aparatos que pasan mucho tiempo encendidos, como un mando a distancia o un despertador, y recargables cuando el dispositivo se usa de manera puntual y después se apaga.
Las pilas tradicionales no están fabricadas para ser recargadas. Si lo hacemos, podemos provocar un mal funcionamiento del dispositivo que las incorpora, fugas del material que hace de electrolito, e incluso se puede producir una pequeña explosión.
En la variedad está el gusto
En el caso de las pilas alcalinas, el electrolito suele ser de hidróxido de potasio, y la reacción química que libera la energía se produce entre el dióxido de manganeso y el zinc. Sin embargo, en las pilas recargables encontramos más variedad de composiciones, que derivan en distintos funcionamientos y características. También hay que tener en cuenta el tipo de pila: no es lo mismo una pila habitual que una pila de botón.
A tener en cuenta: Existen pilas recargables de níquel y cadmio (Ni-Cd), que son las más baratas, aunque son las más contaminantes y las que ofrecen el rendimiento más discreto; de níquel-metal hidruro (Ni-MH), más caras pero las más utilizadas hasta hace unos años por su buen funcionamiento y baja toxicidad, y de ión litio (Li-ion), que emplean la misma tecnología que las baterías de los móviles, tienen gran duración y elevada capacidad energética, aunque son las más caras.
Actualmente, existe un gran número de cargadores de bajo coste que han sido fabricados sin pasar los controles necesarios y que no cumplen los requisitos básicos de rendimiento y seguridad. Por ello, es esencial que las compremos en un establecimiento de confianza y garantía, igual que el cargador que las acompaña.
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