Qué sistemas de domótica y seguridad necesitas

La domótica engloba las distintas tecnologías del hogar que, mediante el uso simultáneo de la electricidad, la electrónica, la informática y las telecomunicaciones, mejoran la seguridad, el confort y el ahorro energético. Con un sistema domótico en casa podemos conseguir ahorros del 25% al 30% del consumo energético. Con esta guía descubrirás los dispositivos que se pueden instalar en casa para mejorar la seguridad y el confort.

Termostatos para ahorrar energía

Los termostatos nos permiten ajustar la temperatura de la calefacción de casa para ahorrar energía. Básicamente, los termostatos de ambiente miden la temperatura de la casa y conectan o desconectan la caldera de acuerdo a la temperatura confort que queramos conseguir. Lo más habitual es instalarlos en el salón porque es la habitación en la que pasamos más tiempo cuando estamos en casa.

De acuerdo con el sistema de instalación podemos elegir entre:

Termostato filar: se conecta directamente a la caldera a través de cable.
Termostato inalámbrico: cuando no es posible utilizar cables por motivos técnicos o de ubicación.

Para un correcto funcionamiento, los termostatos deben estar instalados a una altura superior a 1,5 metros del suelo, para que las corrientes de aire no afecten a la medición de la temperatura.

De acuerdo con el sistema de funcionamiento, los termostatos se clasifican en:

Termostatos analógicos: controlan la temperatura con una ruedecilla giratoria, son sencillos y económicos.
Termostatos digitales: tienen una pantalla para graduar la temperatura con más precisión. En la pantalla también se puede ver si la caldera está encendida. En este caso, solo será necesario pulsar más o menos temperatura para que se conecte la caldera hasta alcanzar la temperatura deseada.
Cronotermostatos: son termostatos digitales y programables que permiten controlar la temperatura y el tiempo de uso. Entre las funcionalidades de estos aparatos se incluye el encendido y apagado de la calefacción y la programación de la temperatura. Con los cronotermostatos se puede programar que la calefacción se encienda minutos antes de llegar a casa para que esté caliente cuando volvemos del trabajo o incluso programar acciones diferentes para cada día de la semana.

Tipos de detectores: movimiento

Los detectores son dispositivos que pueden percibir una señal o fenómeno físico como los detectores de humo, gas o detectores de movimiento y emiten una alerta o señal. Su utilidad en el hogar está vinculada con la seguridad y la automatización de acciones como el encendido de luces. Existen diferentes detectores para la casa:

Detectores de movimiento: permiten controlar si hay movimiento en la zona vigilada, tanto en el interior como en el exterior de la vivienda. Según el tipo de funcionamiento pueden ser:

Detectores de movimiento infrarrojos: a través de la temperatura de los cuerpos, utilizan luces infrarrojas para detectar los cambios de calor.
Detectores de movimiento ultrasónicos: emiten una onda ultrasónica que recorre toda la zona, rebotando en cada objeto. Cuando el dispositivo detecta un nuevo objeto se activa y emite la alarma o señal que tenga programada.

En la instalación de estos detectores es preciso controlar la posición, la orientación y la altura para evitar zonas oscuras o ángulos muertos en la vigilancia. Pueden servir para la seguridad de la casa, haciendo saltar la alarma cuando detectan la presencia de un intruso o también para el ahorro de energía eléctrica si los utilizamos para que enciendan la luz exterior cuando se acercan visitas a la casa.

Otros tipos de detectores para la seguridad del hogar

Detectores crepusculares: se utilizan para el encendido automático de la iluminación sin necesidad de programarlo. Estos aparatos miden la intensidad de la luz ambiente y cuando es inferior a la marcada previamente se enciende la luz o se apaga si hay luz solar. Estos detectores o sensores se utilizan para el encendido de luces exteriores en el jardín, la terraza o la entrada de la casa, y la subida o bajada automática de las persianas, principalmente.
Detectores de humo: son fundamentales para evitar los incendios en el hogar. De hecho, en muchos países son obligatorios. Tienen unos sensores de humo y de calor que hacen que salte la alarma cuando hay humo o la temperatura en la habitación sube de forma exagerada. Se diferencian dos tipos:

Detectores ópticos: detectan el humo utilizando los efectos que produce sobre la luz, por el oscurecimiento de la luz o por su difusión. Dentro de este grupo se distinguen:
Detectores de rayo infrarrojo: compuestos por un dispositivo emisor y otro receptor, de manera que cuando hay humo el receptor recibe muy poca luz del emisor y salta la alarma.
Detectores de tipo puntual: tienen el emisor y receptor en la misma cámara. Cuando entra humo refracta el haz de luz hacia el receptor y se activa la alarma.
Detectores por ionización: funcionan por sensibilidad a la humedad, la presión atmosférica y las partículas suspendidas en el aire. Reaccionan rápidamente si hay humo (incluso no visible) y gases.

Los detectores de humo deben colocarse en el centro del techo, ya que el humo tiende a subir y en las esquinas no se mueve. Si hay vigas que impidan su instalación en el techo se puede poner en la pared lo más cerca posible del techo. Nunca deben colocarse en el cuarto de baño, duchas, garajes o en habitaciones donde existe habitualmente concentración de vapor de agua y humo. También deben evitarse zonas que tengan temperaturas extremas como pueden ser los áticos o estar cerca de calentadores, ventiladores, aparatos de aire acondicionado o ventanas porque pueden cambiar la dirección de la corriente de aire y también se producen cambios extremos de temperatura que dificultan la función del detector.

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