Recupera la rutina de entrenamientos después del verano

Pocas personas son capaces de mantener el mismo ritmo de ejercicios durante las vacaciones de verano. El calor, la playa, las cervecitas en el chiringuito, las comidas con los amigos… Todo eso hace muy complicado seguir corriendo una hora y media todos los días o ir al gimnasio a levantar pesas. ¿Quieres saber cómo retomar tu actividad deportiva sin hacerte polvo ni desmoralizarte?

Como si volvieras a empezar

¿Te acuerdas de cuando comenzaste a ir al gimnasio o a salir a correr? Pues este momento no es muy diferente a aquel. Te recomendamos que vuelvas a analizar tu forma física, a fijarte objetivos y a buscar la motivación para ser constante. Y, por supuesto, bajo ningún concepto intentes retomar el ejercicio con el mismo nivel de intensidad que cuando lo dejaste. Has perdido forma, y podrías lesionarte.

Calienta y estira bién, aunque estés acostumbrado a hacerlo siempre, no está de más que pongas especial atención en ello. Tus músculos han estado varias semanas sin ejercitarse, y las agujetas, los calambres y las lesiones están deseando pillarte desprevenido. Así que es recomendable, al volver a entrenar después de verano, doblar el tiempo que solías dedicar a hacer calentamientos y estiramientos.

Aprovecha el “buen rollo”

Volver al trabajo siempre es difícil pero si recuperas tu rutina de entrenamientos a la vez que la del trabajo, las endorfinas que libera tu cuerpo con el ejercicio contrarrestarán el mal humor y la tristeza de volver de vacaciones.

Es normal que se cometan excesos en verano, y tampoco tenemos que martirizarnos por habernos pasado un poquito con la comida o la bebida en aras de la diversión estival. Pero el verano ha terminado, y es hora de retomar los buenos hábitos: come cinco veces al día, de forma equilibrada y variada, y dale especial protagonismo a las frutas y verduras. Si son crudas o al vapor, mejor todavía. Te ayudarán a recuperar todas esas vitaminas y sales minerales que has perdido durante las vacaciones, y te harán más fácil recuperar la forma física.

Otra de las consecuencias de los excesos veraniegos es la deshidratación. Si además añadimos las horas de sol que hemos recibido, y nos ponemos a sudar en la bici, en el gimnasio o en la calle nada más llegar, el cóctel puede ser explosivo. Así que recuerda beber mucha agua antes, durante y después del ejercicio, y acompáñala de bebidas isotónicas.

Tómate tu tiempo y diviértete

Tus horarios han variado sensiblemente durante el verano. Pasaste de un horario normal a la jornada intensiva, y de ahí a dejar de madrugar y acostarte tarde en las vacaciones. Tu cuerpo necesita descanso para poder rendir física e intelectualmente, así que habitúale de nuevo a una hora de dormir y otra de despertar. Cuando te pongas a entrenar, notarás la diferencia.

¿En mayo corrías una hora sin parar y no te cansabas, y ahora te falta el aliento al cabo de veinte minutos? Es completamente normal, así que no fuerces la máquina. No hace falta que retomes la actividad deportiva donde la dejaste, deja que tu cuerpo se vaya acostumbrando de nuevo al ejercicio. Y no te fijes el entrenamiento como una obligación más, o inconscientemente lo compararás al trabajo y a otras actividades menos gratas. Sigue divirtiéndote como lo hacías antes, y ¡disfruta del deporte!

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