Convertibles: ordenador portatil y tablet en uno

En esta época en la que estamos rodeados de dispositivos para realizar tareas diferentes se agradece que los fabricantes tiendan a facilitarnos las cosas y a desarrollar dispositivos convertibles "2 en 1", que nos ofrecen prestaciones y portabilidad para emplearlos en cualquier momento o lugar.

¿Cómo surgieron los convertibles?

Las tabletas no están pensadas para realizar cómodamente tareas como editar imágenes o vídeo, diseñar objetos o escribir textos largos. El procesador y la memoria RAM de estos dispositivos no siempre está preparado para ejecutar con agilidad estos procesos. Para esto, lo mejor es disponer de un ordenador portátil de reducido tamaño pero con buenas especificaciones.

Tras el auge de las tabletas y las pantallas táctiles, se lanzaron los primeros convertibles, híbridos o 2 en 1. Se trata de ordenadores portátiles de pequeño tamaño, con sistema operativo Windows, prestaciones importantes en lo que se refiere al procesador, memoria RAM, capacidad de almacenamiento o tarjeta gráfica que, en su mayoría, permiten separar o girar el teclado de la pantalla para que esta se convierta en un ‘tablet’. Su peso no suele superar el kilo y medio, por lo que son portátiles y cómodos de utilizar. Obviamente, este tipo de dispositivos son más caros que un ordenador normal de las mismas prestaciones, pero si pensamos que gracias a ellos nos ahorramos comprarnos un portátil, una ‘tablet’ o ambos, la inversión merece la pena.

Lo que hay que tener en cuenta

Peso: ya que estamos buscando algo ligero y portátil, lo primero que debemos de fijarnos es en el peso y la posibilidad de poder separar la pantalla del teclado para funcionar de manera autónoma. Esto permite reducir el peso a la mitad en caso de que no queramos ir muy cargados. La facilidad y comodidad para utilizarlo con una sola mano también debe de ser un aspecto a tener en cuenta.
Procesador: Intel proporciona la mayor parte de los procesadores de estos convertibles y los hay de diferentes tipos y prestaciones. Es recomendable recurrir a foros para conocer las especificaciones precisas de cada uno de ellos que se mueven entre las familias Intel Core M e Intel Atom.
Memoria: cuanta más memoria RAM mejor. 2 Gb puede ser algo escaso, por lo que lo ideal es partir de 4 Gb.
Almacenamiento: siempre es en discos SSD (Solid-State Drive o Unidad de Estado Sólido). Son dispositivos que utilizan memoria flash para almacenar datos y que son mucho más rápidas y pequeñas que los discos duros de platos magnéticos convencionales. Son discos caros pero que llenaremos pronto, por lo que hay que pensar en capacidades de más de 32 Gigas.

Pantalla: varía desde las 9 a las 15 pulgadas. Cuanto más pequeña más portable será nuestro convertible. La resolución no debería bajar del Full HD (1920 x 1080 píxeles).
Batería: es la que ocupa mayor espacio y castiga con mayor peso a estos ordenadores, por lo que los fabricantes prefieren sacrificar la autonomía energética en beneficio de la estética y comodidad. Con todo, más allá de la cantidad de celdas de la batería (que puede ser de 2, 4 o 6), fíjate en la información del fabricante sobre la duración. Un convertible con mayor capacidad de procesado, memoria RAM y pantalla con más resolución siempre consumirá más batería que otro con menos prestaciones.
Conectividad: debe llevar conectores USB 3.0 y HDMI, conexiones inalámbricas como Bluetooth 4.0 y WiFi (mejor a/b/g/n) y es interesante que incluya ranuras para leer tarjetas MicroSD de cara a aumentar nuestra capacidad de almacenamiento.

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