Yoga y mindfulness: Relájate con tu hijo
Dra. Esther Martínez García
Pediatra especialista en acupuntura infantil
www.qipoint.net
Esther forma parte del equipo de expertos que cada día
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Criar con apego es una locución que, a estas alturas, a pocas personas relacionadas con el mundo de la crianza les será desconocida. Se trata de un nuevo paradigma en el que se cuida la crianza de los niños desde varios puntos de vista, poniendo especial atención en todo lo que se refiere a respetar y acompañar al niño dejando atrás nuestros propios intereses como padres.
¿En qué consiste este tipo de educación?
No se trata de ningún sistema ni filosofía complejo, sino más bien de lo contrario: se busca respetar al niño como un ser completo desde sus primeros momentos de vida, con sus propias necesidades, intereses, ritmos y sentimientos, que no siempre tienen que coincidir con los de los padres. Se busca tratar al niño tal y como a ti te gustaría ser tratado, o tal y como te hubiera gustado ser tratado de pequeño, utilizando el dialogo como base fundamental para la resolución de conflictos. Hablamos de conflictos pero, en realidad, el diálogo sería la base de esta crianza, alejándonos así de los castigos y chantajes para conseguir que los niños actúen como nosotros creemos que deben actuar.
A tener en cuenta: En la crianza con apego es fundamental la atención temprana a los llantos del niño. Se considera que cuando un niño llora lo hace porque es su único sistema para comunicarnos que necesita algo.
Este ‘algo’ va más allá de necesitar alimento o un cambio de pañal. Se asume que puede necesitar cercanía, besos o contacto físico y que estas necesidades son tan importantes como las otras.
Un cambio de mentalidad
Para poder llevar a cabo este tipo de crianza, se hace necesario salir del sistema tradicional, ese sistema autoritario donde se hacía lo que los padres decían sin explicar las razones o motivos, un sistema donde tenían cabida los azotes, los chantajes, las comparaciones o las humillaciones para conseguir que los niños y bebés hicieran exactamente lo que se espera de ellos.
En la crianza con apego no se considera que un niño nos chantajee porque quiere que lo llevemos en brazos, sino que nos necesita cerca en ese momento, o incluso puede que esté cansado y necesite una ayuda extra para llegar hasta casa. No ‘se saca’ al niño de la cama de los padres cuando éstos lo consideran, sino que se sabe que un niño necesita dormir acompañado hasta que se siente seguro para hacerlo solo, y seguramente necesite volver a la cama familiar en algún momento después de haberse mudado ya a su propia habitación. Son ejemplos que ayudan a explicar que criar con apego significa cambia la mentalidad y saber que el respeto por el niño es la base.
A tener en cuenta: Una de las cosas que más suelen llamar la atención de este tipo de educación es el hecho de que no se suele castigar a los niños. Se consideran los castigos como una práctica en la que el niño no recibe ningún tipo de aprendizaje y por lo tanto no son útiles como un medio de enseñanza.
Ante los errores del niño, se buscan soluciones pactadas en las que él se implique y que supongan un aprendizaje para él, válido para su futuro y siempre respetando su integridad, su honor y su dignidad.
Entender el cerebro de los niños es la clave
Son muchas las reacciones de los niños y bebés que se explican simplemente por la estructura y desarrollo de su cerebro. Se trata de un cerebro en formación que tiende a responder de forma ‘instintiva’ ante situaciones de estrés o contrariedad, no porque los niños quieran, si no porque su madurez no les permite reaccionar de otra manera. De hecho, la forma en que los tratemos durante estos primeros años de vida será fundamental para su futuro desarrollo emocional, así como para la gestión de sus emociones, el trato a los demás o la adquisición de su autoestima.
A tener en cuenta: Es importante recordar que siempre, pero especialmente durante la infancia, los padres somos el espejo en el que los niños se miran, y nuestras reacciones ante sus comportamientos marcarán la manera en la que ellos se enfrenten al mundo en el futuro.
Por todo ello, coger a los niños, amamantarles el tiempo que las madres y ellos mismos decidan, dormir con ellos, escucharles cuando hablan, tener en cuenta sus opiniones y sentimientos, consensuar los asuntos familiares e implicarles en nuestras vidas no son prácticas que les conviertan en tiranos. Son maneras respetuosas de tratar a los niños para que puedan crecer en libertad y con consciencia, siempre dentro de unos límites claros y respetuosos con el resto de la familia.
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